viernes, 25 de noviembre de 2011

querida

te imagino riendo a carcajadas por un acento mal escrito. algo como coséme en vez de cóseme. primero lo leerías en voz baja y soltarías una risa tonta. levantarías la vista y le dirías «escucha» a quién estuviese cerca y entonces leerías en voz alta:
«muéstrame una tarde entera ¿ya? coséme algo mientras me enseñas»
y ahí. ahí sí soltarías la carcajada. es así. podrías reírte horas de un acento mal puesto. o de alguna sombra de un pantalón tirado en el suelo.

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